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Sexo secundario: El efecto de los medicamentos sobre el libido y sus implicaciones para un TLP

¿Sabes los efectos secundarios del paracetamol? ¿El ibuprofeno? ¿El omeprazol? Seguramente no y, seguramente, no los sabes porque no los has tenido ya que son medicamentos de venta libre y normalizados a un grado grosero. ¿Pero qué pasa con los otros medicamentos que entendemos como “serios” cuando sufres una enfermedad que afecta a tal o cual órgano y cuando esos medicamentos son de por vida? Hagamos esto más interesante, ¿qué pasa cuándo son medicamentos psiquiátricos? Quiero pensar que, entonces, las cosas ya cambian.


Y ahí es donde empiezas a leer lo que viene en la parte interna de la caja, instructivo o envase (si no lo haces te hago una atenta invitación a que lo hagas) Y te enteras que te va a pasar de todo: Subidas y bajadas de peso, resequedad en la boca, somnolencia, sudoración excesiva, dolor de cabeza, cansancio, mareo, irritabilidad, dificultad para concentrarse… efectos secundarios con los que, la mayoría de los pacientes, aprendemos a vivir, a lidiar con ellos; pero hay uno del que casi ninguna caja habla, muchos psiquiatras evaden y es de los más frecuentes: TU LIBIDO SE VA AL INFIERNO (así de abajo la sientes).


Muchas de las enfermedades y trastornos mentales, así como de personalidad, entre ellos el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), tienen en común la impulsividad y conductas de riesgo, donde el sexo aparece como una de ellas. Así que lo mejor, a ojos de la ciencia, es bajar la libido de los pacientes que, para ser más precisos, la vemos en la ausencia o poco deseo sexual, retraso en el orgasmo y temas de eyaculación. Este efecto secundario se encuentra entre los principales por los cuales se abandona el tratamiento; y es que no hay mejor cosa que el que te guste tener sexo, disfrutar del sexo y tener con quien tener sexo, ¿o no?


Imagina que ese ser que te hacía vibrar, que querías comertelo a besos todo el día y sentías un orgasmo con solo un roce de su piel de una semana a otra no te produce nada, no quieres ni besarle, no lubricas lo necesario, no llegas al orgasmo o te cuesta mucho trabajo. Tu pene no responde o la eyaculación brilla por su ausencia ¿Suena feo, verdad? Pues eso nos sucede a un alto porcentaje de personas medicadas psiquiátricamente.


La solución no es sencilla y quizás es debatible ya que es un efecto secundario que varía de intensidad de persona a persona, pero vale completamente la alegría intentar:


●  Hablar honesta y abiertamente con tu psiquiatra y psicólogo.

●  Reforzar la comunicación con tu pareja.

●  En caso necesario visitar a un endocrinólogo y/o ginecólogo.

●  Hacer que los preliminares a la penetración sean más largos.

●  Conocer de nuevo tu cuerpo, descubrir nuevas zonas erógenas por medio de la

masturbación.

●  Tomar este efecto secundario como una motivación de continuar el tratamiento con

la finalidad de disminuir las dosis de los fármacos.


Tener una vida sexual plena, a pesar de un trastorno, ES POSIBLE, aunque para ello necesitamos pasos extra que involucran hablar y preguntar por ello a nuestros psiquiatras, nuestros psicólogos, nuestras parejas.


No estás solx y entre más alcemos la voz, menos será un problema; hagamos de este un detonante menos por el cual preocuparnos.



Nota escrita por Panque de Naranja, integrante del grupo TLPianxs haciendo cosas.

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